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Apagan el incendio con nafta

El Gobierno kirchnerista relanza los subsidios a la harina para camuflar la crisis hasta las elecciones

Para financiar estos subsidios, se determinó un importe por el 1,3% de la recaudación de las retenciones de exportación aplicadas a productos derivados industriales de la soja.
Para financiar estos subsidios, se determinó un importe por el 1,3% de la recaudación de las retenciones de exportación aplicadas a productos derivados industriales de la soja.

Sin ningún resultado que mostrar, el ministro Sergio Massa rescató una vieja maniobra aplicada por Roberto Feletti (exsecretario de Comercio) y volvió a insistir con más subsidios para los precios de la harina.

Para financiar estos subsidios, se determinó un importe por el 1,3% de la recaudación de las retenciones de exportación aplicadas a productos derivados industriales de la soja. Esto incluye por ejemplo al aceite de soja, la harina de soja, y algunos subproductos asociados.

Hasta ahora, la recaudación por retenciones de soja (o las aplicadas para cualquier otro producto de exportación) no tenía ningún fin específico, estos recursos simplemente se canalizaban a las rentas generales del Tesoro. 

A partir de la Resolución 933/2023, se establece una línea de subsidios directa para los precios de la harina a través del Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA), que será encargado de mantener precios artificialmente bajos de manera relativamente estable (siempre dependiendo del volumen de la recaudación).

Las retenciones sobre la soja y sus derivados permanecen en máximos históricos, y de hecho aumentaron del 31% al 33% tras la última intervención de Feletti en marzo de 2022.

De todos modos, cabe señalar que el resultado de los subsidios fue sumamente ineficiente visto y considerando la experiencia del año 2022, ya que a pesar de haberse desembolsado hasta 31.000 millones de pesos en lo que va de la existencia del fideicomiso para el trigo, el precio de la harina subió incluso más que la inflación entre enero y diciembre del año pasado.

Esta vez, la recaudación para intervenir el precio de la harina podría oscilar entre los 250 y los 300 millones de dólares considerando los ingresos en promedio para un año normal, pero debido a la sequía las estimaciones se moderan a solo US$ 120 millones (más de 32.000 millones de pesos al tipo de cambio oficial).

Las medidas dispuestas por Massa generan profundas distorsiones en el mercado de la harina. En primer lugar, afecta de manera desproporcionada a los distintos productores de harina, ya que los más pequeños (que venden a precios más altos en comparación a las grandes empresas) pierden una gran dosis de competitividad en favor de los molinos más grandes.

Asimismo, se crea un costo adicional para una eventual salida de las retenciones a la exportación, ya que automáticamente compromete los subsidios a los precios mayoristas de la harina.

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