Policiales y Judiciales
En manos de una banda de encapuchados

Un médico y su familia vivieron un calvario en su casa de Tolosa: les robaron una fortuna

Por lo que trascendió, los intrusos accedieron a la propiedad ubicada en 531 entre 18 y 19.
Por lo que trascendió, los intrusos accedieron a la propiedad ubicada en 531 entre 18 y 19.

Una familia vivió un verdadero calvario en su casa de Tolosa, por la irrupción de una peligrosa y violenta banda de delincuentes, en el horario en el que suelen ocurrir este tipo de atracos: 03.30 AM. Actuaron cuatro hombres con sus rostros tapados, las manos con guantes y armas de fuego, enfundados en ropas oscuras.

Por lo que trascendió, los intrusos accedieron a la propiedad ubicada en 531 entre 18 y 19  luego de superar un paredón de dos metros. A través de un patio interno, habían logrado quitar la traba de un ventanal, sin ocasionar daño alguno, y así acceder al comedor. Una vez ahí, una de las primeras cosas que hicieron para controlar a las víctimas fue atacar a culatazos al dueño, un médico de 58 años.

Luego inmovilizaron a su esposa de 55 años, que es obstetra, y a los dos hijos, para lo cual usaron cables y cordones de zapatillas. Entonces empezaron las amenazas más fuertes para que blanqueen el sitio preciso donde guardaban sus ahorros.

En esa rápida maniobra, indicaron los informantes, la banda se apropió de 1.700.000 pesos y 2.500 dólares. También un celular, dos alianzas y un anillo de oro. Se supo que el móvil, que tenía rastreo, fue descartado en la fuga y recuperado en la zona del barrio La Favela, operativo en el que la Policía debió actuar con ciertos recaudos, ya que el sector siempre es hostil a su presencia.

No se descarta que a causa del asalto los delincuentes se hayan apoderado de otros efectos de valor, ya que muchos de los ambientes de la finca de la calle 531 quedaron completamente desordenados. Lo que no trascendió fue cuánto tiempo permanecieron en la finca.

Por protocolo, se relevarán todos los equipos fílmicos del barrio, tanto públicos como privados, y la existencia de potenciales testigos. En ese contexto, se presume que el grupo delictivo pudo tener un auto estacionado en las inmediaciones para apurar la fuga.

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