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¿Reyes Magos o reyes del robo? UPCNBA, un gremio que olvida a los trabajadores mientras sus dirigentes viven a lo grande

Fabiola Mosquera, secretaria general de UPCNBA.
Fabiola Mosquera, secretaria general de UPCNBA.

La crisis dentro de la UPCNBA (Unión Personal Civil de la Nación Buenos Aires) parece no tener fin, y la actual gestión, encabezada por Mosquera, deja en evidencia una profunda desconexión con la realidad de los trabajadores.

Mientras la situación económica de la provincia se agrava y la promesa de mejorar los salarios municipales se esfuma, la dirigencia gremial parece más interesada en sus lujos personales que en las necesidades de los afiliados.

Mosquera y su círculo cercano siguirian con una vida de privilegios, disfrutando de viajes internacionales, estancias en hoteles de lujo y recreos costosos, mientras los afiliados enfrentan un estancamiento salarial y un total abandono en las paritarias provinciales, que llevan ya dos meses sin mejoras. De hecho, el único gremio que ha solicitado la reapertura de la paritaria ha sido FEGEPBA, evidenciando la pasividad de Mosquera ante la situación.

Lo más indignante ocurrió durante las fiestas de Reyes, cuando se organizó un evento de reparto de regalos, pero con un alcance limitado y discriminatorio. Los juguetes, que fueron suministrados por el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad, no llegaron a la totalidad de los 135 distritos de la provincia.

Solo algunos sectores privilegiados, como la colonia del gremio en Arana, el hospital de niños y algunos municipios selectos, recibieron los obsequios. El resto de los niños de la provincia quedaron completamente excluidos, reflejando la total indiferencia hacia la base de trabajadores a la que supuestamente deben representar.

Este comportamiento no es más que la culminación de una serie de actitudes egoístas y mezquinas por parte de una dirigencia que, lejos de velar por los intereses de los trabajadores, se dedica a mantener una monarquía sindical donde los recursos de los afiliados se utilizan para financiar los gustos personales de los dirigentes.

Mientras Mosquera y su círculo disfrutan de un estilo de vida ostentoso, los trabajadores siguen esperando que se respeten sus derechos y se cumpla con las promesas de mejora salarial.

Lo peor de todo sería que, a pesar de la situación crítica, Mosquera sigue con su mantra: "las siglas de UPCN son mi nombre". Un descaro absoluto que deja claro que para ella, la organización sindical no es más que una herramienta para beneficio propio.

La secretaria general ha sido acusada de mantener una postura ambigua, alineándose claramente con el gobernador Kicillof y con La Cámpora, especialmente a través de la figura de Florencia Saintout.

Sin embargo, a pesar de estas alianzas políticas, se la critica por no estar del lado de los trabajadores, quienes se sienten ignorados y desatendidos por sus decisiones y actitudes, lo que genera un creciente malestar entre los empleados que esperan un verdadero compromiso con sus derechos y necesidades.

Además, es importante resaltar que la actual gestión de Julio Alak ha sido quien ha tomado la responsabilidad de aumentar los salarios municipales, en lugar del gremio, que debería ser el encargado de negociar las paritarias.

A viva voz, la dirigente criticaba al ex intendente Julio Garro, pero nunca realizó acciones concretas en favor de los trabajadores. Ahora, con esta situación, queda en evidencia la falta de gestión real por parte de Mosquera y su entorno.

             
 
 
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